Me desperté abriendo despacio mis somnolientos ojos, sintiendo el aroma de nuestra piel envuelto aún en un mar de caricias. Pensé en un momento en la placidez que respiraba mi alma habiéndome sentido viva cerca de ti, escuchando tu palpitar intenso y tus deseos de entregarte a mí. Y tú dormías, con rostro tranquilo, abrazado a mí. Y no quise moverme, no quería despegarme aún de ti. Deseaba sentir mi desnudo cuerpo enrollado a tu corpulento ser para darme cuenta enseguida que no había sido un sueño, no, sino que te tenía a TI, a mi lado, reponiéndote de tanto placer. Y acaricié las sábanas que nos unían, y olí el aroma impregnado en ellas recordando vivamente lo mucho que te quise ayer. Reviví tus ganas en mi pensamiento, tu gozo sin fin, tu locura escondida pero manifiesta de igual forma en mí. Y un suspiro de ternura me acercó más y más a ti, anhelando que despertaras, suplicando que volvieras a mí, ofreciéndome de nuevo esa inquieta mirada que nos hizo estremecer al fin. Entre tiernas sábanas te capturé, te amé, y supe sin saberlo que habías logrado volver, entre mis tiernas sábanas, otra vez.
Rocío Ávila, 18/2/2008
2 comentaris:
Cuando era crío admiraba a la gente que ecribía con sencillez y dulzura. Luego pensaba, mmmm, como puede una persona describir cosas que no le han ocurrido o sí? Quiero decirte Rocío, que hace sólo unos días supe de tus relatos y después de leerlos estoy encantado, son muy bonitos. Me relaja leerte, cuando te leo las letras se van hilvanando una tras otra en mi cerebro como si fueran notas musicales. Entre tiernas sábanas, me parece un relato que yo te hubiera contado alguna vez, pero que jamás hubiera podido expresar así.
Hola Josep,
me hace muy feliz que mis textos te relajen, sobretodo cuando la vida que llevamos habitualmente ya es de por si bastante estresante. A mi también me relaja escribir. En cierta manera me ayuda a ordenar las ideas. Me sirve para reconstruir un poco las pequeñas cosas que van sucediendo en el día, y sobretodo para tomar conciencia de algunas que, aunque puedan parecer banales, son vitales para comprendernos como seres humanos. Eso es lo que pretendo cuando cuelgo aquí mis relatos: que los lectores piensen un poco en lo que hay detrás de esas historias. Puede ser un hombre gris que no valora lo que tiene a su alrededor, o una mujer enferma que necesita ayuda, o otra más joven que se siente perdida antes las exigencias que impone la sociedad. En fin, un poco de todo lo que somos en realidad nosotros mismos.
Gracias, pues, por visitarme. Me alegra tu presencia aquí.
Un abrazo.
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